EMBAJADORA DE BUENA VOLUNTAD
Madre María: “Querido hijo, gracias por llamarme. Soy la Madre María y para muchos me he convertido en el tan anhelado símbolo de maternidad. Fui una madre y soy una madre. Cuando estuve en este planeta, experimenté la expansión del corazón provocada por dar a luz a mis hijos. Desde entonces, he tenido mucho tiempo para purificar mi propio corazón y elevar la calidad de mi amor para poder abrazar a cada vez más hijos en la tierra –mis hijos adoptivos, por así decirlo.