Cada ser humano necesita tomar conciencia de los poderes innatos de manifestación conferidos por su privilegio de libre albedrío. Desde la perspectiva de causa y efecto, es obvio que el estado caótico de su mundo es el resultado de miles de millones de pensamientos y emociones tóxicas. Están imbuidos de un poder de destrucción y vuestro mundo está al borde de la auto aniquilación.

Bajo la guía divina, usa la Ley de Causa y Efecto como un instrumento para la salvación planetaria, en lugar de maltratarla sin pensar como un arma de destrucción. El perdón es un elemento clave para ese proceso, ya que purgará tu mundo y todos los que viven en él de contaminantes emocionales.

Practica el perdón atento e instantáneo. Este proceso transformador se convertirá en la guía de tu alma. Así es como Jesús operó tan brillantemente, sin permitir nunca que las fuerzas oscuras del resentimiento, los rencores y los celos nublaran su mundo interior. También es la razón principal por la que soportó con gozo y alegría situaciones extremadamente difíciles.

El perdón de Dios lo abarca todo debido a la cualidad incondicional del amor divino. El amor y el perdón son los atributos divinos que necesitas manifestar en tu realidad interna y externa. Perdónate a ti mismo y perdona a los demás. Liberará tu alma para volar hacia reinos emocionales sublimes. Tu alma ya no estará agobiada por el peso muerto de los rencores.