Maestro Uteah: "Jesús supo a temprana edad que su llamado era ser un Maestro de la Verdad. ¡Qué tarea tan ambiciosa era! Sin embargo, el Hijo de Dios encarnado como el Hijo del Hombre, estaba más calificado para llevar a cabo tan gloriosa tarea. Como Maestro de la Verdad, se propuso revelar al mundo la misteriosa naturaleza del Padre Celestial, una revelación sin precedentes. Simultáneamente, Él "verdaderamente" ejemplificó a Dios la capacidad de una criatura humana de convertirse a Su Imagen, dando los muchos frutos del Espíritu.

"La urgencia de ampliar la expresión de la verdad era que ejerce una influencia liberadora del alma mientras que simultáneamente encuentra una profunda resonancia intelectual y emocional en aquellos a los que se aplica.

"La misión de Jesús era 'liberar a los cautivos espirituales', una tarea desafiante cuando los 'cautivos' son ajenos a su cautiverio, las restricciones que les imponen los autoproclamados 'sabelotodo' y los autoproclamados 'sabelotodo'.

"Jesús SABÍA mejor. Su encarnación humana tenía como objetivo elaborar la parte del Gran Plan Divino que pertenecía a la humanidad. En lugar de ser un mero observador de lo que hace a los seres humanos, exploró la condición humana desde dentro, siendo uno de ellos. Así fue capaz de ejemplificar la forma óptima de la vida humana, algo que nunca se había hecho. Sus palabras tenían peso, ya que su estilo de vida las validaba.

"Dijo la verdad, enseñó la verdad y vivió de acuerdo a ella. Podía decir con razón: "Yo soy la verdad". Es la razón por la que su corta estancia en la carne tuvo tanto impacto en este mundo y más allá. Tú también puedes emular un comportamiento tan noble. Ustedes también pueden convertirse en reveladores de la verdad cuando expresan con éxito la verdad de su única faceta divina. Pasen sus días albergando tan noble intención en su corazón, como lo hizo Jesús".