Maestro: “Querido hijo, conforme te embarques conscientemente en tu viaje espiritual, tal vez al principio te sientas abrumado por la tarea a realizar y por la magnitud del camino delante de ti. Lo más importante es que vivas conscientemente tu avance diario hacia tu destino final. Conforme mires hacia atrás, a tus años de practicar la Quietud, llegarás a la comprensión de que sí progresaste, pasito a pasito. Lo mismo sucede con el entrenamiento y tonificación de tu ser físico.

“Al principio, puedes sentirte exhausto y frecuentemente necesitar recuperar el aliento. Puede asaltarte la duda de tu habilidad para convertirte en el ser sano que estás esforzándote por ser. Pero tienes una imagen mental de tu meta –una visión–, una fotografía que pegar en la puerta de tu refrigerador para recordarte que es posible.

“Conforme anheles desarrollar tu alma y conocer el amor del Padre, también expresa tu visión –la visión de esta bella conexión–, e imagina los sentimientos de alegría, felicidad y éxtasis que algún día serás capaz de tener. En ocasiones, conforme perseveres, vislumbrarás momentos de ellos, una maravillosa muestra para que puedas seguir adelante, esperando más.

“Debes purgar tu ser de todas las tendencias y emociones negativas para lograr una comunión más íntima con la Presencia del Padre que no contiene ninguna sombra, tan solo luz. Puedes lograrlo al elevar tus vibraciones, cada vez más, subiendo la escalera de las emociones más altas que te conducen a la máxima de todas ellas: el Amor Incondicional Incorrupto.

“El Padre no malcría a Sus hijos con recompensas inmerecidas. Él es proactivo en la educación que ofrece. Las mejores emociones se obtienen por haber intentado y perseverado, y por ver resultados positivos. Sigue intentando y sabrás de lo que estamos hablando.”

Traducido por Perla Téllez Garza.